OFTALMÓLOGO NIÑOS Y ADULTOS.
Se refiere a una alta especialidad de la oftalmología, la cuál se enfoca a los párpados, vía lagrimal y órbita. Dentro de esta área se tratan aspectos funcionales, cosméticos y reconstructivos.
Se trata de una rotación del párpado hacia adentro, ocasionando roce de las pestañas con el globo ocular. Esto produce irritación que puede llegar hasta ulceras corneales que pongan en peligro la visión. La principal causa está relacionada con la laxitud de los tejidos por el paso de los años. El tratamiento inicial es a base de lubricantes oculares, pero la única solución resolutiva, es la cirugía.
Se refiere a una malposición del párpado inferior en la cual se evierte, produciendo molestias de resequedad, ojo rojo, lagrimeo y cierto trastorno cosmético. Existen muchas causas y dependiendo de ellas será el tratamiento.
Hace referencia a la caída del párpado superior. Provocando, desde trastornos cosméticos, hasta alteraciones de la visión por disminución del campo visual. En niños es importante su valoración temprana ya que un párpado caído que ocluya la pupila puede ocasionar trastornos irreversibles de la visión, como ambliopía (ojo flojo).
Los párpados pueden verse afectados por diversos tipos de tumores, tanto benignos como malignos. Estos pueden originarse en la piel, glándulas, folículos pilosos o tejidos profundos del párpado. Si bien existen numerosos datos que nos orientan a la sospecha clínica, la única manera de establecer el diagnóstico certero es a través de una biopsia. El tumor maligno más frecuente en esta localización es el carcinoma basocelular, el cual siempre requiere de tratamiento quirúrgico. Afortunadamente existen una serie de técnicas quirúrgicas para lograr una reconstrucción funcional y estética del párpado.
Mejor conocidos como perrillas. Son infecciones de las glándulas de los párpados (glándulas de Meibomio). Se deben a la combinación de un exceso de producción de grasa en el párpado mas una bacteria de tipo estafilococo. En mujeres hay una asociación al tipo de maquillaje o desmaquillante que utilizan. Típicamente se resuelven en 1 a 2 semanas. Se requiere de uso de antibiótico, antiinflamatorios, higiene, calor local y paciencia. En ocasiones pueden llegar a requerir un drenaje quirúrgico.
Lagrimeo en niños
La vía lagrimal es el sistema de drenaje del ojo. Inicia en los puntos lagrimales, situados en los párpados y desemboca en la nariz. En los recién nacidos es frecuente (hasta 50%) que exista una membrana en la desembocadura de la vía lagrimal en la nariz. Esto ocasiona lagrimeo en el niño, ojo rojo e irritación de la piel.
Conforme crece el niño, la vía lagrimal se desarrolla y hacia el segundo mes de vida, menos del 5% permanece con el problema. Durante el primer año de vida, la mayoría de los niños se curarán y solo un porcentaje menor tendrá que ser tratado con algún procedimiento quirúrgico. Es importante que se realice una valoración del pequeño en cuanto se descubra el problema de lagrimeo, con el fin de detectar la causa e iniciar con el tratamiento adecuado.
Lagrimeo en adultos
Es una condición cada vez más frecuente en nuestro medio. Existen dos principales causas por las que pudiera suceder:
Existen varios nombres para describir esta enfermedad. También se conoce como: Oftalmopatía de Graves, Oftalmopatía Asociada a Tiroides, Oftalmopatía Distiroidea, Orbitopatía de Graves.
Esta es una enfermedad inflamatoria que afecta a los tejidos alrededor de los ojos (párpados, músculos y grasa). Está relacionada, en su mayoría, con hipertiroidismo, aunque también puede ser ocasionada por hipotiroidismo u otras enfermedades tiroideas. Tiene una relación muy estrecha con el descontrol tiroideo y con el tabaquismo. De ahí que es importante controlar los niveles de hormonas tiroideas y dejar de fumar.
En las primeras fases, los síntomas pueden ser poco específicos: sensación de basura, resequedad, ojo rojo, molestia con la luz, lagrimeo, dolor. Conforme avanza la enfermedad podemos observar retracción del párpado superior e inferior, exoftalmos (ojos saltones), diplopía (visión doble).
Es importante la valoración oftalmológica una vez que se diagnostica el problema tiroideo. No solo para aliviar los síntomas, si no para identificar problemas relacionados con la enfermedad; como: úlceras corneales, aumento de la presión intraocular, compresión del nervio óptico; todas ellas muy graves para la vista.
El tratamiento dependerá de la fase en la que la enfermedad se encuentre. En estadios iniciales se utilizan lubricantes tópicos y medidas locales. En fases inflamatorias se requerirán uso de cortisona tópica, oral y/o intravenosa. Si los esteroides no fueran exitosos, se podrán utilizar medicamentos inmunomoduladores o inmunosupresores.
Para las fases crónicas; es decir, que ya no hay una inflamación activa, se recomiendan cirugías para mejorar la función, cosmésis y síntomas.
Los ojos se encuentran rodeados por una serie de huesos conocidos como órbita. Estos huesos se pueden llegar a fracturar a consecuencia de un traumatismo.
En ocasiones existen fracturas en zonas adyacentes a la órbita: nariz, maxila, mandíbula o cráneo; por lo que puede ser necesario el tratamiento multidisciplinario con otorrinolaringólogos, maxilofaciales y/o neurocirujanos.
Se debe de sospechar de una fractura de la órbita cuando existe inflamación de los párpados, hundimiento o protrusión de los ojos, limitación o dolor al movimiento de los ojos, adormecimiento de la zona periocular, visión doble, sangre dentro del ojo o visión borrosa. El diagnóstico se confirma con un estudio de tomografía.
No todas las fracturas orbitarias requieren cirugía. Hay algunas que se pueden mantener en observación y al cabo de unas semanas se reparará la lesión de manera natural.
Se debe de plantear un tratamiento quirúrgico cuando exista:
Dr. Javier Zamarripa Molina
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